lunes, 13 de agosto de 2007

No son tanto los genes como su regulación.

¿Qué diferencia a un hombre de un chimpancé si excluimos el aspecto físico? Sus códigos genéticos son por lo demás iguales en un 99%. La respuesta es su cerebro y su dieta. Pero, ¿cómo se justifica tanta diferencia en el resultado cuando sólo hay un 1% de diferencia en el libro de instrucciones? La respuesta en este caso es que no es tan importante con qué empiezas sino cómo lo gestionas o, en términos más técnicos, no son tanto los genes como su regulación.

Aunque muchos estudios han buscado diferencias significativas en las regiones de codificación de los genes relativas al desarrollo del sistema neurológico y no encontraron ninguna, esta es la primera vez que lo que se hace es un estudio comparado de las secuencias reguladoras. La necesidad de una tercera especie que sirviera de comparación ha hecho que este tipo de estudio tuviese que esperar a la publicación del genoma del macaco rhesus en 2005, un primate pariente lejano que comparte un 88% de sus genes con los humanos.

Un grupo de la Universidad de Duke liderado por el Dr. Haygood ha mirado las secuencias reguladoras inmediatamente adyacentes a 6.280 genes del ADN de humanos, chimpancés y macacos rhesus. Estos trozos reguladores del ADN son dónde las proteínas se unen al genoma para iniciar la función de un gen. Y es aquí donde parece que la evolución ha hecho el ajuste fino de la actuación de los genes que después resulta en un cerebro humano.

Otros estudios habían encontrado diferencias significativas entre estas especies en las regiones de codificación que gobiernan el sistema inmunitario, el sentido del olfato y la fabricación de esperma, pero las regiones de codificación de los genes relacionados con la neurología habían mostrado pocas muestras de selección positiva. Sin embargo, la propuesta de que la diferencia había que buscarla en la regulación fue hecha por la Dra. King y el Dr. Wilson en 1975, los mismos que dijeron por primera vez que los humanos y los chimpancés comparten el 99% de los genes.

En lo que concierne a la dieta los chimpancés son frutívoros y no durarían mucho sin fruta a su alcance. Los azúcares en su dieta son sencillos de romper y crear con ellos combustible para las células. Los humanos, por otra parte, comen una variedad de alimentos mucho mayor, incluidos algunos que los chimpancés no podrían ni siquiera digerir, no digamos ya metabolizar. Los investigadores encontraron enormes diferencias en las regiones reguladoras de los genes para descomponer carbohidratos complejos. Los humanos tienen desarrolladas vías metabólicas para descomponer estos carbohidratos en azúcares sencillos.





Science Daily: http://www.sciencedaily.com/releases/2007/08/070812173244.htm
Original: http://precedings.nature.com/subjects/genetics/search?query=haygood

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