lunes, 16 de abril de 2012

El rey filósofo o las diez características del sabio.



Los acontecimientos de estos últimos días en España (incluidas sus extensiones africanas, quien tenga oídos para oír que oiga) me han traído a la memoria uno de las ideas del hijo de Aristón y Perictione, el de las espaldas anchas. Curiosamente se trata de la idea que inspiró al ayatolá Jomeini la concepción general de cómo debería ser gobernada una república islámica: es el amante de la sabiduría, el filósofo (desde la perspectiva islámica chií esto es equivalente a los clérigos), el que debe ser elegido gobernante.

Efectivamente, desde el punto de vista platónico el “rey-filósofo” es la persona sabia que acepta el poder que le otorgan las personas que son suficientemente sabias como para elegir a un buen gobernante. Esta es la tesis de Sócrates en “La República”, que la mayor sabiduría que pueden demostrar las masas es la elección sabia de un gobernante, él mismo sabio.

Pero, ¿cómo reconocer a un hombre sabio en primer lugar? Existen cinco signos externos y cinco características de su forma de actuar para guiarnos.

Los 5 signos

En primer lugar, y siguiendo a Asimov, debemos acabar con la “excusa socrática”, es decir con asimilar la falta de conocimiento, malcitando a Sócrates (“solo sé que no sé nada”), con un signo de sabiduría. Los investigadores en ese campo de la psicología que algunos llaman psicología positiva definen la sabiduría como la coordinación del conocimiento y la experiencia, por una parte, con su uso deliberado para mejorar el bienestar (entendido como justicia, ausencia de conflicto, etc.) por otro. Con esta definición en mente consideran que hay cinco signos que caracterizan al humano sabio, a saber:
  • se conoce a sí mismo
  • posee conocimientos y experiencia
  • es sincero y directo con los demás
  • los demás le piden consejo
  • sus acciones son consistentes con sus creencias éticas

Si pensamos en alguien que consideramos sabio, a poco que reflexionemos nos daremos cuenta que cumple las características anteriores. Pero estaremos de acuerdo que estos cuatro signos parecen, en todo caso, condiciones necesarias pero no suficientes para poder calificar a una persona como sabia. Efectivamente, un religioso radical, por ejemplo, puede reunir estas condiciones y no sería considerado sabio por una mayoría fuera de su sistema de creencias. Es necesario, pues, fijarnos en cómo actúa.

Actuando sabiamente

A los sabios se recurre cuando hay problemas buscando consejo para solucionarlos. Y es ahí, en la resolución de problemas donde brilla la sabiduría. Una persona que reúna la 5 signos anteriores podremos decir que actúa sabiamente y, por tanto, es sabia, si sus acciones y consejos se caracterizan por:

  • una voluntad de buscar oportunidades de resolver posibles conflictos existentes
  • una voluntad de buscar el compromiso
  • un reconocimiento de los límites del conocimiento personal
  • una consciencia de que puede existir más de una perspectiva de un problema
  • una asunción del hecho de que las cosas pueden ponerse peor antes de mejorar

Somos nosotros los que ahora, armados con estas herramientas de contraste, debemos dedicarnos a analizar el comportamiento de los que nos gobiernan y a aquellos que aspiren a hacerlo para poder elegir sabiamente. Quien pueda elegir, se entiende...


5 comentarios:

emejota dijo...

Muy bueno. Saludo.

Dani Torregrosa dijo...

Coincido con Asimov, como no podía ser de otra manera. Un buen post, me ha gustado. Será por mi afición -a veces crítica- a lo que algunos llaman psicología positiva ;-)

PD.- ¿La fuente sobre la fortaleza 'sabiduría' en PS+ la has sacado directamente de Baltes y Staudinger (2000)?

Un abrazo

Blog de ejemplo 25 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
kelmostarin dijo...

Problema: lo buscas y lo buscas y pongamos que lo encuentras, y pongamos que, como dices, puedes elegir...
Y resulta que el sabio, sabio...el sabio-sabio de verdad...igual no quiere gobernar...

Muy buen post:)

Anónimo dijo...

¿Y si nos salimos del paradigma de tener que tener "valga la redundancia" un gobernante?

Y si nos convertimos como sociedad en nuestros propios gobernantes, tanto en lo político como en lo económico?

Ese para mi seria el mayor de los sabios y de los logros "Inteligencia Colectiva".