miércoles, 29 de septiembre de 2010

Camino al éxito.






Una de las formas en la que los genes afectan al comportamiento es a través de los neurotransmisores, las sustancias químicas que llevan mensajes entre las células nerviosas. Entre ellos, dos de los más importantes son la dopamina y la serotonina. La dopamina controla las sensaciones de placer y recompensa. La serotonina regula el estado de ánimo. Se ha demostrado que algunos rasgos de la personalidad dependen de los niveles de estos transmisores. La búsqueda de la novedad, por ejemplo, está asociada con altos niveles de dopamina. Una tendencia a la depresión podría estar ligada a bajos niveles de serotonina. Y los niveles de ambas están regulados por los genes, con variantes distintas del mismo gen provocando efectos distintos.

Los últimos años han visto un aumento de la investigación sobre las relaciones entre versiones particulares (alelos) de los genes relacionados con los neurotransmisores y el comportamiento resultante. Se ha estudiado desde el resultado de las elecciones a la promiscuidad sexual, pasando por la popularidad personal y la aversión al riesgo. Sin embargo los estudios relacionados con el mundo laboral son muy escasos. Pero reveladores.

El equipo de Zhaoli Song, de la Universidad Nacional de Singapur, es de los pocos que ha trabajado en este ámbito. Recogió y analizó muestras de 123 parejas de Singapur para comprobar si podían encontrar correlaciones con todo un conjunto de variables relacionadas con el mundo laboral, comenzando con la satisfacción en el trabajo.

En primer lugar los investigadores comprobaron la tendencia de cada participante del estudio al abatimiento, con objeto de establecer una referencia. Posteriormente recopilaron información sobre el historial reciente de la persona respecto al estrés severo (como haber sido herido de gravedad, haber sido despedido o perdido una gran suma de dinero) en el año precedente al estudio. Una vez establecido de donde partía cada individuo. Se les pidió que informasen de momentos de estado de ánimo negativo (enfado, culpa, tristeza o preocupación) y de satisfacción laboral, medida en una escala de siete puntos, cuatro veces al día durante una semana. Para garantizar la inmediatez de la información, los participantes informaban a través de una aplicación instalada en sus teléfonos móviles.

Se sabe por investigaciones anteriores que algunas formas de melancolía, como el trastorno afectivo emocional, están ligadas a versiones concretas de un gen de un receptor de serotonina llamado HTR2A. Cuando el equipo de Song analizó los resultados de los análisis de ADN encontró que aquellos participantes con una variante concreta del HTR2A tenían menos probabilidades que los que tenían alguna de las otras dos variantes posibles de experimentar episodios de estado de ánimo negativo, incluso si llevaban un año de mucho estrés. Asimismo informaban de mayor satisfacción laboral, un efecto que no aparecía entre los sujetos con los otros alelos del gen.

Este resultado sugiere que las personas que han tenido la fortuna de venir equipadas con la versión correcta del HTR2A, tienen menos probabilidades de que las situaciones estresantes tengan como resultado episodios de estado de ánimo negativo. Su mejor estado de ánimo se traduce directamente en mayor satisfacción laboral. En otras palabras, podría ser una mutación genética concreta en un gen de un receptor de serotonina, y no los incentivos de la empresa, lo que hace que una persona esté más contenta en su trabajo. Y ya se sabe, más contenta, más productiva, más barata…

Esta entrada es parte de la serie ¿Un mundo feliz?

Referencias:

Ponencias presentadas por Song Zhaoli durante la 40th Annual Meeting of the Behavior Genetics Association, en el simposio sobre Estudios Genéticos del Comportamiento Laboral, Seúl (Korea del Sur), 2-5 junio 2010:

· Associations between Dopamine and Serotonin Genes and Job Satisfaction

· The relationships between HT2RA gene, negative mood and job satisfaction in daily life: An event-sampling approach

1 comentario:

Dani dijo...

En el último libro que he leído de Luis Rojas Marcos "Superar la adversidad" apunta a que la resiliencia tiene un componente genético con total seguridad, aunque Rojas no aporta más datos.

¿Quizá el HTR2A sea el gen de la resiliencia?. No lo sé, es una afirmación muy atrevida por mi parte, pero lo que no hay que obviar es el componente ambiental (o el epigenético).

César, un artículo de lo más interesante.

Saludos