domingo, 13 de marzo de 2011

Los niños felices viven menos y otros hallazgos sorprendentes sobre la longevidad.





Las características de la personalidad y de las relaciones sociales en la niñez pueden predecir el riesgo de muerte en las siguientes décadas. Esta es la conclusión más sorprendente de un libro que acaba de aparecer: "The Longevity Project: Surprising Discoveries for Health and Long Life from the Landmark Eight-Decade Study" (Hudson Street Press, Marzo 2011).

Los autores, Howard Friedman y Leslie Martin, ambos de la Universidad de California en Riverside, llevan 20 años estudiando la personalidad como predictor de la longevidad y sus resultados muestran que muchos lugares comunes en los consejos que se dan para una vida larga están, simplemente, equivocados. Friedman y Martin examinaron, refinaron y completaron los datos que recogió en su momento Lewis Terman, de la Universidad de Stanford, y los investigadores que continuaron su trabajo, sobre 1500 niños intelectualmente dotados. Estos niños tenían unos 10 años cuando se estudiaron por primera vez en 1921.

El Proyecto Longevidad, como llegó a conocerse el estudio, siguió a los niños durante sus vidas, recogiendo información de lo más diversa: relaciones e historial familiar, evaluaciones de la personalidad hechas por padres y profesores, aficiones, mascotas, éxito laboral, niveles educativos, servicio militar y muchos otros detalles. 

En 1991, cuando Friedman y Martin comenzaron su investigación, estaba claro que algunas personas tenían más tendencia a enfermar, necesitaban más tiempo para recuperarse o morían antes que otras de la misma edad. Se proponían toda clase de explicaciones: ansiedad, falta de ejercicio, empleos estresantes, asunción de riesgos, falta de religión, insociabilidad, grupos sociales desintegrados, pesimismo, falta de acceso a la atención médica, etc, etc. Pero ninguna de estas variables se había estudiado a largo plazo. Es decir, nadie había seguido a un grupo de personas paso a paso a lo largo de sus vidas. Friedman y Martin se propusieron hacer esto mismo examinando los predictores de salud y longevidad de los participantes del estudio de Terman.

El proyecto ha durado veinte años y en él han participado más de 100 investigadores que han buscado certificados de defunción, evaluado entrevistas, y analizado decenas de miles de páginas de información sobre aquellos 1500 niños de Terman. Los resultados parciales de estos trabajos han aparecido a lo largo de los años en una serie de publicaciones, buena parte de las cuales pueden verse aquí.

Las conclusiones del proyecto suponen una nueva comprensión de la relación existente entre felicidad y salud. La más llamativa sin duda es la que sirve de título a esta entrada: los participantes del Proyecto Longevidad que eran los niños más alegres y con mejor sentido del humor fueron los que tuvieron vidas más cortas, en promedio, que aquellos que no eran tan alegres. Los niños más prudentes y persistentes fueron los que se mantuvieron más saludables durante sus vidas y vivieron más.

Parte de la explicación está en los comportamientos relacionados con la salud: los niños alegres, felices, que se sentían afortunados tendían a tomar más riesgos para su salud a lo largo de los años. Si bien una actitud optimista puede ser útil durante una crisis, los investigadores encontraron que como orientación general en la vida, demasiado “todo saldrá bien” o “no pasa nada” puede ser peligroso porque puede llevar al individuo a descuidar cosas que son importantes para la salud y la longevidad. Por otro lado, la prudencia y la persistencia proporcionaban muchos beneficios durante muchos años.

Dicho de otra forma, la felicidad no es causa de la buena salud, sino que la felicidad y la buena salud tienen una raíz común.

A continuación recogemos algunas conclusiones que contradicen total o parcialmente lo que habitualmente se cree/vende.

· El matrimonio (vida en pareja, en general) puede ser beneficioso para la salud de los varones pero no influye en la de las mujeres. Los varones con matrimonios estables vivían más allá de los 70 años; menos de un tercio de los divorciados varones llegó a los 70. Y los varones que no se casaron (vivieron en pareja) nunca sobrevivieron a los que se volvieron a casar y mucho más a los que se sólo se divorciaron, pero no vivían tanto como los casados estables.


· Estar divorciado es mucho menos perjudicial para las mujeres. Las que se divorciaron y no volvieron a casarse vivían prácticamente lo mismo que las casadas estables.


· “No trabajes mucho, no te estreses” no es necesariamente un buen consejo para la buena salud y la longevidad. Los sujetos de Terman que fueron los más implicados y comprometidos con sus trabajos fueron a los que le fue mejor. Los varones y mujeres que fueron productivos continuamente vivieron mucho más que sus colegas más relajados.


· Empezar la escolarización formal demasiado pronto (estar en primero de primaria antes de los 6 años) es un factor de riesgo para una mortalidad temprana. El tener suficiente tiempo de juego y ser capaz de relacionarse con sus compañeros de clase es muy importante para los niños. 


· Tener una mascota y cuidarla y jugar con ella no está asociado con una vida más larga. Las mascotas pueden contribuir a la sensación de bienestar, pero no sustituyen a los amigos.


· La gente que se siente amada y cuidada afirma tener una mayor sensación de bienestar, pero eso no ayuda a vivir más.

· El efecto más claro para la salud de las relaciones sociales viene de estar comprometido con la ayuda a otras personas y de pertenecer a asociaciones (no necesariamente formales). Los grupos en los que te integras pueden determinar el tipo de persona que llegas a ser (de hábitos saludables o no),


Nunca es tarde para elegir una forma más sana de comportamiento. El primer paso es tirar las listas y dejar de preocuparse por estar preocupado.



4 comentarios:

emejota dijo...

Está claro la prudencia, la observación, la acción y la inteligencia ayudan a la longevidad. Un fuerte abrazo.

lmadrig dijo...

Ese último comentario me sonó a "no me importa lo que diga el estudio, yo quiero ser feliz en una vida corta"

Anónimo dijo...

Loku, a mi me sonó exactamente al revés. Cada uno hace las lecturas que quiera después de leer las conclusiones de la investigación.

Leonardo dijo...

Sinceramente creo que la vida no se trata de hacerla lo mas larga posible, sino de vivirla de la mejor manera posible.
No quiero decir que los niños felices luego son adultos felices, ni lo contrario. Simplemente que este estudio solo analiza que tenian en comun la mayoria de los longevos y la mayoria de los que murieron mas jovenes, pero nada dice de la ffelicidad que vivieron en vida.

La edad de la muerte es solo un numero.
La vida es mucho mas que numeros. Y eso que soy matematico...

Saludos.