miércoles, 5 de diciembre de 2012

Prediciendo el tiempo y exactitud de tus decisiones antes que tú.




Una de las tareas en las que empleo más tiempo cuando escribo algo para Experientia docet es decidir de qué escribir. La idea, la investigación o el personaje histórico tienen ese factor X que hace que me decida a contarlo. No sé describir qué es pero lo tengo claro cuando lo veo. Leo noticias, ojeo publicaciones, sigo enlaces de tuits hasta que algo me impulsa a escribir. Es lo que me ha pasado con un artículo que publica un equipo de investigadores encabezado por Redmond O'Connell, del Trinity College de Dublín (Irlanda), en Nature Neuroscience. Conforme iba leyendo el paper iba notando crecer mi interés hasta que, en una frase concreta, la decisión estaba tomada.

La frase en cuestión era esta (traducción y énfasis míos): “[...] nuestros resultados también demuestran que el encéfalo humano emplea una representación supramodal abstracta de las pruebas sensoriales acumuladas que ejerce una influencia determinista en los informes perceptivos independientemente de los requisitos sensoriales o motores específicos”. El Dr. O'Connell nos cede amablemente el PDF del paper  por lo que la persona interesada puede leer el texto en su integridad. Pero, ¿qué significa esto?

Cuando interactuamos con nuestro entorno necesitamos estar seguros de lo que vemos, oímos o sentimos con el fin de decidir cómo actuar. ¿Qué señas me está haciendo el guardia? ¿Es eso el café que sale? De alguna manera el encéfalo nos permite tomar decisiones concretas acerca de la enorme cantidad de información que recibimos continuamente a través de los sentidos. Existe desde hace mucho tiempo una teoría que dice que el encéfalo permite que la información de los sentidos se acumule en el tiempo y que sólo se decide por algo en concreto una vez que ha acumulado suficiente información. O'Connell et al. parece que han encontrado pruebas experimentales de que esto sería efectivamente así.

Los investigadores diseñaron un ensayo en el que se les pedía a los voluntarios que detectasen un cambio, que era gradual, en una imagen o en un tono musical. Este cambio gradual se producía a lo largo de varios segundos, era indetectable al principio pero llegaba un momento en que era evidente. Esto permitió precisar el momento en el que los participantes decidían que había tenido lugar un cambio. Al mismo tiempo, los investigadores registraron la actividad encefálica por electroencefalografía.

Con este diseño experimental los autores fueron capaces de aislar una señal que se incrementaba en paralelo con los cambios visuales y auditivos. Sin embargo, encontraron que los sujetos solo decían que había un cambio una vez la señal alcanzaba determinado nivel. Como consecuencia los investigadores fueron capaces de predecir con precisión tanto el tiempo como la exactitud de las decisiones de los voluntarios simplemente monitorizando esta señal del electroencefalograma. En otras palabras, fue posible observar la formación gradual de una decisión en la actividad encefálica de un sujeto antes de que éste fuera consciente de haberla tomado.

Comprenderás ahora que tuviese que venir a contarlo (y el comienzo de este texto). El hallazgo, como es evidente, podría tener aplicaciones clínicas en el diagnóstico y tratamiento de personas con dificultades en la toma de decisiones perceptivas. Pero también está claro que contribuye a poner en perspectiva nuestra toma de decisiones y enfatiza el trabajo inconsciente que realiza nuestro encéfalo. Y es que la consciencia está sobrevalorada.

Nota: El que sólo vea rayas en la imagen, que deje que se acumulen estímulos, y después diga lo que ve. La imagen no fue usada en la investigación de O'Connell et al.

Referencia:

O'Connell, R., Dockree, P., & Kelly, S. (2012). A supramodal accumulation-to-bound signal that determines perceptual decisions in humans Nature Neuroscience, 15 (12), 1729-1735 DOI: 10.1038/nn.3248

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me suena que ya había estudios que demostraban que tomamos las decisiones inconscientemente unos milisegundos antes de que creamos haberla tomado.

PabloV dijo...

mmm hay un dequeismo en la primera oración

Dani Torregrosa dijo...

Muy interesante, César. Gracias. Acabo de terminar de leer el libro 'Pensar rápido, pensar despacio' (Thinking, fast and slow) de Daniel Kahneman. Muy recomendable para aquellos a los que le interesen el tema de las decisiones intuitivas.

PS.- Soy más de los Rolling Stones que de los Beatles. ;-)

Unknown dijo...

He tardado un buen rato en descubrir la cara de un tipo con gafas...y leyendo el comentario de Dani, ya lo tengo claro.

Unknown dijo...

He tardado un buen rato en descubrir la cara de un tipo con gafas...y leyendo el comentario de Dani, ya lo tengo claro.

Anónimo dijo...

La imagen se ve bien mirando de soslayo. Creo que es porque en la zona periférica de la retina hay menos conos.

jairzinho dijo...

Casi que no distingo la imagen ,pero cuando uno parpadea se ve más clara la imagen porque así quieto trata de desaparecer la imagen lunares en la piel