miércoles, 26 de diciembre de 2012

Emociones positivas y tono vagal



En los últimos años la investigación científica seria ha demostrado que aquellos que experimentan frecuentemente emociones positivas viven más y con más salud: tienen menos ataques cardíacos o menos resfriados, por ejemplo. Pero la razón de que esto ocurra aún no se conoce del todo.

Un equipo de investigadores encabezado por Bethany Kok, actualmente en el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas Humanas (Alemania), ha realizado un estudio [1], cuyos resultados aparecerán en Psychological Science, en el que ha encontrado cómo las emociones positivas alteran la biología del individuo y a la inversa, creando un círculo virtuoso.

Los investigadores se centraron en el nervio vago. Este nervio (que vemos en la imagen tomada de la Anatomía de Grey) comienza en el encéfalo y llega con numerosas ramificaciones a distintos órganos torácicos y abdominales, incluyendo el estómago y el corazón. Tiene como misión enviar señales que ralentizan la actividad de estos órganos en momentos de calma y seguridad.

Para saber lo bien que el nervio vago está funcionando basta con medir el ritmo cardíaco al respirar. Un funcionamiento sano del nervio se refleja en un sutil incremento del ritmo cardíaco al inspirar, y una sutil disminución al espirar. La diferencia de ritmo da lugar a un índice de tono vagal, y el valor de este índice se sabe que está relacionado con la salud. Los valores bajos, por ejemplo, se han relacionado con la inflamación y los ataques cardíacos.

Sin embargo, en lo que se han centrado Kok et al. es en datos recientes que indican que las personas con alto tono vagal son mejores a la hora de impedir que las malas sensaciones tomen el control. Estas personas también muestran emociones más positivas en general. En un estudio preliminar realizado por los mismos autores en 2010 [2] se demostró que el tono vagal de los que experimentan emociones positivas durante un periodo de tiempo aumenta. ¿Sería posible entonces que el tono vagal y las emociones positivas sean parte de un circulo virtuoso? Para averiguarlo reclutaron a 65 personas de entre el personal de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Los investigadores midieron los tonos vagales de los voluntarios al comienzo del experimento y a su conclusión nueve semanas mas tarde. Durante ese tiempo los voluntarios tenían que acceder todas las noches a una página web especialmente diseñada y evaluar las experiencias emocionales más fuertes del día, entre ellas nueve positivas (alegría, amor, etc.) y once negativas (aburrimiento, ira, repugnancia, etc.). Además, a la mitad de los participantes, escogidos al azar, se les incitó a asistir a una serie de talleres en los que aprendieron una técnica de meditación cuyo fin es provocar en el sujeto una sensación de bienestar consigo mismo y con los demás. A este grupo se le alentaba a que meditase diariamente y a informar del tiempo diario empleado en ello.

Los resultados indicarían que el tono vagal se incrementa significativamente en las personas que meditaron, y prácticamente nada en los que no lo hicieron. Entre los que meditaron aquellos que comenzaron el experimento con el tono vagal más alto informaron de los mayores incrementos en sus emociones positivas. Los que meditaron que comenzaron con los niveles más bajos de tono vagal no experimentaron prácticamente ningún incremento.

Tomados en conjunto, estos datos apuntan a que un tono vagal alto haría más fácil generar emociones positivas y que esto, a cambio, subiría todavía más el tono vagal. Es literalmente un círculo virtuoso. Lo que es una buena noticia para los que son emocionalmente positivos, pero malo para los emocionalmente negativos, ya que implica que aquellos que más necesitan un empujón psicosomático serían incapaces de generar uno, de esta manera al menos. Quizás otras técnicas psicológicas puedan generar uno.

Referencias:

[1] Kok, B.E., Coffey, K.A., Cohn, M.A., Catalino, L.I., Vacharkulksemsuk, T., Algoe, S., Brantley, M. & Fredrickson, B. L. (in press). How positive emotions build physical health: Perceived positive social connections account for the upward spiral between positive emotions and vagal tone. Psychological Science. PDF


[2] Kok, B., & Fredrickson, B. (2010). Upward spirals of the heart: Autonomic flexibility, as indexed by vagal tone, reciprocally and prospectively predicts positive emotions and social connectedness Biological Psychology, 85 (3), 432-436 DOI: 10.1016/j.biopsycho.2010.09.005

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Casualmente hace poco me enteré de que existía una teoría llamada "Teoría polivagal":
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_polivagal
Del nervio vago sólo me acuerdo por memorizar los nombres de los 12 pares craneales para neurofisiología comparada. Hasta ahora para mí el nervio vago era solo uno más, bueno en concreto el X.

Abraham dijo...

Muy interesante el estudio. Pero desconcertante en lo que sigue:
-¿Cuál es la estadística de población con "buenas vibraciones" (las reales, no las autoopinadas)? Porque me da que el "éxtito reproductivo" en la evolución humana de este "fenotipo" se asemeja al de los "zurdos"... porque me da a mí que abunda mucha mala leche.
-Así, puede que la buena onda favorezca una vida larga y tranquila pero no una corta y frenética actividad reproductiva.
-Porque si la intranquilidad propicia una vida más corta, y proporcionalmente menos prolífica, el pesimismo estaría a la baja (valga la redundancia); pero por algo saldrá ese tópico de que "mala hierba nunca muere". Siendo al contrario, ¿cómo sobrevive evolutivamente este círculo de la virtud, como tú lo llamas (yo lo llamaría un petit comité)?
-Así pues, este estudio (o mi ingenua lectura) apunta a una inquietante analogía entre el equilibro al 25% que se demuestra ventajoso para los zurdos, que opinaban los griegos que domina Dionisio ante Apolo (que habitaba el Parnaso 9 meses de 12), y que me da que marca tendencia entre la ancestral diatriba del Bien y del Mal (en este caso no sabría a qué bando colocar la tendencia).

Saludos, desde donde tú ya sabes.

José Manuel dijo...

¿Al efecto placebo y nocebo se le podría ir encontrando una explicación científica?

Anónimo dijo...

El autor del libro de anatomía de donde está tomada la imagen es Henry Gray, no Grey.
http://es.wikipedia.org/wiki/Anatom%C3%ADa_de_Gray

Unknown dijo...

Apúntate un 10. Ya pensaba que nadie se iba a dar cuenta...