miércoles, 6 de noviembre de 2013

El conocimiento tácito de Polanyi


La idea de que podemos conocer realmente más de lo que podemos contar tomó forma por primera vez como concepto epistemológico con implicaciones sociológicas gracias a Michael Polanyi en los años cincuenta del siglo pasado. Desde entonces el conocimiento tácito ha sido profusamente usado en la historiografía y la sociología de la ciencia y la tecnología.

Según Polanyi, de la misma forma en que algunas veces al percibir un objeto reconocemos patrones de los que somos incapaces de decir cómo los reconocemos, cuando conocemos muchas veces aceptamos algo implícito pero muy concreto. Y esto que aceptamos implícitamente une tres factores: el objeto de nuestra atención, la persona que conoce, y la tradición que comparte con el grupo al que pertenece.

El ejemplo favorito de Polanyi a nivel perceptivo era nuestra capacidad de reconocer las múltiples expresiones de una cara humana sin que seamos capaces de decir cómo las reconocemos. También mencionaba a menudo la capacidad de los expertos para reconocer el fraseo de un pianista o el proceso de envejecimiento de un vino, en cuyos casos por mucho que intenten describir sus elementos constitutivos son incapaces de transmitir el todo. 

Cuando se aplica a la ciencia y a la tecnología el concepto de Polanyi es el equivalente a incorporar la perspectiva a una imagen que hasta entonces se ha representado plana. La visión tradicional de la ciencia como un conocimiento objetivo, incorpóreo, es insuficiente para acomodar todas las dimensiones personales y sociales implicadas en la adquisición, práctica y transmisión del conocimiento tácito. En los escritos de Polanyi la ciencia aparece como un arte, en el que las normas científicas y sociales se entrelazan, a diferencia de la empresa impersonal y abstracta que describían los positivistas lógicos a mediados del siglo XX.

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