lunes, 27 de septiembre de 2010

Nacido para dirigir, o no.


Cuando las palabras “biología” y “comportamiento” aparecen en la misma frase casi automáticamente pensamos en la genética y en la antigua cuestión de si son los genes o el ambiente los principales responsables de nuestra forma de ser. En lo que respecta al mundo laboral, Scott Shane, de la Case Western Reserve University (EE.UU.), ha realizado una exhaustiva revisión de los distintos estudios realizados sobre cómo afecta la genética al desempeño en el trabajo, que ha terminado recogiendo en un libro [*]. Muchos de los datos de Shane provienen de estudios de parejas de gemelos, una herramienta tradicional para los investigadores de la genética humana, privados de las posibilidades experimentales de los que estudian moscas, gusanos o ratones.

Las conclusiones de Shane son, como mínimo, llamativas. El consenso de los estudios con gemelos es que los genes sí son responsables de una proporción sustancial de las diferencias entre individuos; y ello aplica tanto al mundo laboral como al resto de la vida. Se observa una influencia genética tanto en los trabajos que la gente escoge (el 75% de la diferencia en las preferencias laborales de un individuo por las artes plásticas se explica por los genes, el 65% si hablamos de las ciencias fisicoquímicas, más del 50% si de la enseñanza o el periodismo y un 25% si de las ventas), como en lo satisfecho que está el individuo con el trabajo que realiza, en lo frecuentemente que cambia de empleo o en lo importante que es el trabajo para él. También se ha determinado la influencia genética en lo importante que es para una persona realizar bien el trabajo o, estrictamente hablando, en lo mal que lo puede llegar a hacer: los genes explican más de un tercio de la variación entre individuos en “actuación laboral censurada”, un índice que engloba amonestaciones, suspensiones temporales y despidos relacionados con el rendimiento. El sueldo también depende de la genética. Alrededor del 40% de la variación entre los ingresos de las personas es atribuible a los genes.

Los genes, sin embargo, no actúan aislados. El ambiente también es importante. Uno de los principales errores de los investigadores sociales es tratar genética y ambiente como dos variables independientes cuando, en realidad, interactúan más de lo que se piensa.

Richard Arvey, de la Universidad Nacional de Singapur, ha estado investigando precisamente cómo interactúan los genes con los distintos tipos de ambientes para crear cosas tales como “afán emprendedor” y la capacidad para dirigir a otros. Investigaciones anteriores han demostrado que las personas que exhiben rasgos de personalidad concretos, como la búsqueda de sensaciones, es más probable que se conviertan en empresarios que las personas más equilibradas y menos sociables. Arvey y sus colegas encontraron [1] el mismo efecto para la extroversión (de la que la búsqueda de sensaciones es tan sólo una faceta) en un estudio que publicaron en Organizational Behavior and Human Decision Processes. Sin embargo, detectaron un matiz muy interesante. Su estudio (de 1285 parejas de gemelos idénticos y 849 parejas de hermanos del mismo sexo) sugiere que los genes explican la relación con la extroversión sólo en las mujeres. En los varones, el rasgo se adquiere ambientalmente. Dicho de otra forma: las mujeres de negocios nacen, los varones, se hacen.

En un segundo estudio [2] con gemelos, también publicado en Organizational Behavior and Human Decision Processes, esta vez sólo con varones, Arvey y sus colegas se preguntaron hasta qué punto los líderes nacen y hasta cuál se hacen. El equipo de investigadores encontró que los rasgos del liderazgo innatos ciertamente existen pero que el ambiente también influye. La influencia de los genes en el potencial de liderazgo es más débil en los muchachos criados en familias pudientes y que apoyan mucho, y más fuerte en los criados en ambientes más duros. Esto quizás explique en parte la tasa tan enorme de fracasos en el paso a la segunda generación de empresas familiares de éxito.

Esta entrada es parte de la serie ¿Un mundo feliz?

Referencias:

[*]

Shane, S. A. (2010). Born Entrepreneurs, Born Leaders: How Your Genes Affect Your Work Life New York, NY: Oxford University Press.

[1]

Zhang, Z., Zyphur, M., Narayanan, J., Arvey, R., Chaturvedi, S., Avolio, B., Lichtenstein, P., & Larsson, G. (2009). The genetic basis of entrepreneurship: Effects of gender and personality Organizational Behavior and Human Decision Processes, 110 (2), 93-107 DOI: 10.1016/j.obhdp.2009.07.002

[2]

Zhang, Z., Ilies, R., & Arvey, R. (2009). Beyond genetic explanations for leadership: The moderating role of the social environment Organizational Behavior and Human Decision Processes, 110 (2), 118-128 DOI: 10.1016/j.obhdp.2009.06.004

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