lunes, 3 de mayo de 2010

Un cazador primitivo perdido en el supermercado.


En general, los varones son mejores que las mujeres en las pruebas de inteligencia espacial, que suelen incluir la rotación mental de objetos en tres dimensiones o encontrar una ruta en un entorno desconocido. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que en determinadas circunstancias la forma de orientarse, navegar, de una mujer es más eficiente.

El descubrimiento fue realizado por un equipo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México encabezado por Luís Pacheco Cobos. Los resultados se publican en Evolution and Human Behaviour.

Los investigadores siguieron a recolectores de setas de un pueblo del estado de Tlaxcala durante dos estaciones de lluvias. Dos miembros del equipo, cada uno equipado con equipos de navegación GPS y monitores de ritmo cardiaco, siguieron a diferentes recolectores en días diferentes.

Registraron el peso de las setas y dónde fueron recogidas por cada recolector. Los datos GPS permitieron elaborar un mapa con las rutas tomadas y las mediciones de ritmo cardiaco dieron una estimación de la cantidad de energía empleada durante sus expediciones.

Los resultados no podían ser más contundentes. Varones y mujeres recolectaron, en promedio, prácticamente el mismo peso de setas. Pero para conseguirlo los varones se desplazaban más lejos, escalaban más alto y, sobre todo, usaban mucha más energía: un 70% más que las mujeres.

No es que los varones se moviesen más rápido, sino que buscaban sitios con gran cantidad de setas. Las mujeres en cambio hicieron muchas más paradas, aparentemente satisfechas con, o porque eran mejores encontrando, localizaciones con menos setas.

Trabajos anteriores han demostrado que los varones tienden a navegar creando mapas mentales de un territorio e imaginando su posición en ese mapa. En cambio es más probable que las mujeres recuerden sus rutas usando puntos de referencia. El estudio apoya la idea de que las habilidades de navegación de hombres y mujeres habrían sido moldeadas por la evolución de forma diferente para diferentes tareas. Lo cazadores-recolectores que existen en la actualidad dividen las tareas de tal manera que los varones cazan fundamentalmente y las mujeres se encargan de la mayor parte de la recolección. Parece probable que los humanos primitivos hiciesen lo mismo.

La teoría es que la estrategia masculina sería la más útil para cazar una presa; perseguir, digamos, un antílope significaría correr una gran distancia siguiendo una ruta tortuosa. Pero una vez cobrada la pieza el cazador lo que quiere es ir de la forma más recta posible de vuelta a su campamento. A las mujeres, por el contrario, les resulta más productivo recordar puntos de referencia y volver a senderos conocidos que saben que llevan a las mejores zonas productoras de plantas útiles.

Esta investigación sugiere que, en ciertas circunstancias, las mujeres son mejores navegantes que los varones. Lo que puede que sirva de consuelo para ese varón que busca desesperadamente un artículo en el supermercado y lo recorre 10 veces antes de encontrarlo, mientras su exasperada compañera se mueve metódicamente entre los pasillos llenando el carrito de la compra. Simplemente él no sirve para este trabajo, desde un punto de vista evolutivo. También es cierto que la lectura del presente artículo elimina la excusa para no aprender a hacerlo mejor.

Referencias:

Pacheco-Cobos, L., Rosetti, M., Cuatianquiz, C., & Hudson, R. (2010). Sex differences in mushroom gathering: men expend more energy to obtain equivalent benefits☆ Evolution and Human Behavior DOI: 10.1016/j.evolhumbehav.2009.12.008

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