miércoles, 15 de agosto de 2012

Encuesta ED: Fobias, prejuicios y ciencia

Instrucciones (es importante que las leas antes de seguir leyendo): Tras la imagen (que es un separador y no significa nada) encontrarás una pregunta. Leela primero completamente y responde sin reflexionar demasiado (puedes elegir más de una respuesta, aunque no deberían ser más de 3). 

¿Cuáles de estas afirmaciones crees que son falsas?


 

jueves, 9 de agosto de 2012

SAM y los percloratos: las dificultades en el análisis de compuestos orgánicos en Marte


El pasado 6 de agosto el Mars Science Laboratory “Curiosity” se posaba suavemente sobre la superficie de Marte portando diez instrumentos científicos con capacidades nunca vistas en la exploración planetaria. Siendo todos importantes, el equipo estrella es el Sample Analysis at Mars (SAM), una combinación de cromatógrafo de gases, espectrómetro de masas y espectroscopio láser ajustable combinados con un sistema completo de preparación de muestras y sistemas de calibración. El SAM es el encargado de detectar componentes orgánicos en la superficie marciana. Para ello vaporizará muestras de polvo y roca a temperaturas de 1000 ºC y analizará los volátiles resultantes. Sin embargo, un descubrimiento realizado en 2008 puede que haga que los resultados obtenidos por SAM no sean todo lo significativos que nos gustaría. Y es que en la superficie de Marte existen percloratos.

Percloratos de Marte

En junio de 2008 el Wet Chemistry Laboratory a bordo de la sonda Phoenix realizó el primer análisis húmedo del suelo marciano [1] . Los análisis, efectuados en tres muestras, dos de la superficie y otra tomada a 5 cm de profundidad, pusieron de manifiesto que el suelo era ligeramente básico y que contenía bajos niveles de sales típicas de la Tierra. La sorpresa fue encontrar aproximadamente un 0,6% en peso de perclorato (ClO4-) lo más probable en forma de Mg(ClO4)2.

La posibilidad de que el perclorato fuese un contaminante traído desde la Tierra fue descartada. Los retrocohetes de la Phoenix usaron hidrazina ultrapura (al igual que los de la etapa de descenso de Curiosity) y propelentes de lanzamiento a base de perclorato de amonio. Ninguno de los sistemas de la Phoenix encontró resto ninguno de amonio, por lo que el perclorato encontrado era marciano.

Anteriormente a este resultado, en 2006, se propuso un mecanismo para la formación de percloratos en suelos ricos en sales en los que los cloruros se convertían en percloratos por la acción de la radiación ultravioleta (que se piensa que es particularmente importante en la superficie marciana, algo que comprobará REMS, otro equipo a bordo de Curiosity). En 2010 se encontraron percloratos en una amplia zona de la Antártida a nivel de ppm (partes por millón); las circunstancias del descubrimiento implicarían que los percloratos se forman naturalmente y de forma global en la Tierra y, probablemente, en Marte.

Resultados contradictorios de las Viking

Ya hemos explicado en otra parte que Curiosity, a diferencia de las sondas Viking, no tiene como misión encontrar vida. Efectivamente, Curiosity no tiene ningún experimento que pueda detectarla. No así las Viking: en 1976 mezclaron suelo marciano con una disolución nutritiva radioactiva y, posteriormente, detectaron la emisión de gas radioactivo, lo que sugería la presencia de actividad microbiana. Sin embargo, otro experimento de las mismas sondas no encontró compuestos orgánicos, de lo que se concluía que, por extensión, no había microbios.

Estos datos contradictorios llevaron a la mayoría de los científicos a dar el primer resultado como erróneo. Pero no es tan sencillo: aún cuando no existiese vida en Marte el planeta tendría que estar repleto (entiéndase en términos químico-analíticos) de compuestos orgánicos; se estima que cada año marciano llegan al planeta 240 toneladas de ellos a bordo de meteoritos.

Una posible solución al enigma estaría en que la superficie marciana contiene óxidos metálicos que tienen propiedades fotocatalíticas; conforme la radiación ultravioleta choca con estas partículas genera especies que reaccionan y destruyen los compuestos orgánicos. Esta hipótesis tiene sus limitaciones, sobre todo para las muestras tomadas a 5 cm de profundidad. Una más reciente, y mucho más relevante para los análisis que efectuará el SAM, es que los compuestos orgánicos se oxidaron accidentalmente durante el procesado de la muestra a resultas de la presencia de percloratos.

SAM y los percloratos

Existen estudios experimentales que apoyan la hipótesis de los percloratos. Quizás el más significativo fue el llevado a cabo en 2010 [2]. A una muestra de suelo del desierto de Atacama se le añadió una pequeña cantidad de perclorato. Tras calentar la muestra a 500ºC (misma temperatura que el horno de las Viking) los investigadores encontraron que los compuestos orgánicos presentes habían sido destruidos por oxidación. No sólo eso, la destrucción llevaba a la emisión de clorometano y, en menor medida, diclorometano, que fueron detectados por las sondas Viking y que, tradicionalmente, se han venido atribuyendo a contaminación por productos de limpieza antes del despegue.

La idea de que los percloratos son los responsables del resultado contradictorio de las Viking es muy sugerente. Apoya la idea, que algunos mantienen desde 1976, de que las Viking efectivamente encontraron vida microbiana (después de ellas ninguna sonda ha llevado un experimento similar para confirmarlo o desmentirlo). Por otra parte, sugiere que Curiosity va a tener los mismos resultados anómalos porque también usará calentamiento como forma de extracción de volátiles de las muestras, cuyos componentes orgánicos estarán sujetos a la acción de los percloratos.

¿Y ahora qué?

La presencia de percloratos puede afectar de forma significativa a los resultados de los análisis. Sin embargo, la capacidad analítica combinada de SAM es enorme, por lo que debería de ser capaz de discriminar si se está produciendo una interferencia por la presencia de percloratos. En caso de que sea así, lamentablemente, sólo quedará especular con mecanismos de reacción que den los productos detectados para poder deducir con un margen de error no despreciable, en vez de medir, qué compuestos orgánicos hay presentes, de haberlos.

Por otra parte, la capacidad de excavación de Curiosity podrá acceder a muestras menos sometidas a radiación y, por tanto, menos afectadas por la presencia de percloratos, y comparar sus resultados con los de las muestras de superficie.

Una consideración final: aún cuando Curiosity encuentre compuestos orgánicos no podrá establecer si tienen un origen biológico. Lo que sea vida en la Tierra puede que no lo sea en Marte, después de todo.

Esta entrada es una participación de Experientia docet en la XVII Edición del Carnaval de Química que acoge Un geólogo en apuros.


Referencias:

[1] Hecht MH, Kounaves SP, Quinn RC, West SJ, Young SM, Ming DW, Catling DC, Clark BC, Boynton WV, Hoffman J, Deflores LP, Gospodinova K, Kapit J, & Smith PH (2009). Detection of perchlorate and the soluble chemistry of martian soil at the Phoenix lander site. Science (New York, N.Y.), 325 (5936), 64-7 PMID: 19574385

[2] Rafael Navarro-González, Edgar Vargas, José de la Rosa, Alejandro C. Raga, & Christopher P. McKay (2010). Reanalysis of the Viking results suggests perchlorate and organics at midlatitudes on Mars JOURNAL OF GEOPHYSICAL RESEARCH, 115 DOI: 10.1029/2010JE003599

miércoles, 8 de agosto de 2012

Un resquicio para el libre albedrío

Libre albedrío por Steven Natanson

En los casi seis años de vida de este blog hemos tratado reiteradamente la cuestión del libre albedrío desde el punto de vista de la neurociencia; basta introducir en la caja de búsqueda de la barra lateral las palabras “libre albedrío” para que aparezcan una buena cantidad de resultados. Aún así creo que el artículo más redondo es el que publicamos el pasado 15 de noviembre titulado La conquista del libre albedrío y cuya lectura (incluidos comentarios) aporta el contexto necesario para entender la importancia del resultado que vamos a exponer a continuación.

Cuando nos encontramos en la situación de tener que tomar una decisión asumimos que son nuestros pensamientos conscientes, esa voz que escuchamos en nuestro interior, lo que identificamos con el yo, los que intervienen exclusivamente en la evaluación de alternativas, en la deliberación, en llegar a una decisión y actuar. Pero a mediados de los años ochenta del pasado siglo los experimentos llevados a cabo por Benjamin Libet pusieron en duda esta idea. Libet y su equipo encontraron que en las lecturas de los electroencefalogramas de los voluntarios a los que se les pedía que efectuasen un movimiento voluntario (sin importar cual) se podían encontrar signos de actividad cerebral, anteriores al movimiento, que indicaban que la mente subconsciente había tomado una decisión acerca de qué movimiento hacer antes de que las personas experimentasen la sensación de haber tomado la decisión ellos mismos. Esto demostraría que las personas no tenemos ni por asomo el grado de libre albedrío en lo que respecta a la toma de decisiones que suponíamos. Desde entonces nadie a refutado esta idea. Los resultados de Libet han sido repetidos, con diversas técnicas, reiteradamente.

Ahora un equipo de investigadores encabezados por Aaron Schurger, del  Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (INSERM, Francia), publican un estudio en los Proceedings of the National Academy of Sciences según el cual la actividad encefálica registrada por Libet tiene otro origen y que, por tanto, las personas sí tomarían las decisiones conscientemente.

Para llegar a esta conclusión el equipo se fijó en cómo el encéfalo responde a otros estímulos que fuerzan una toma de decisión, como es el caso de la interpretación de los estímulos visuales. En estas circunstancias, investigaciones anteriores han demostrado que el encéfalo acumula actividad neuronal como preparación para una respuesta, dándonos algo entre lo que elegir. Es decir, la respuesta (este es el perro de Juan) se produce conforme los datos se convierten en imágenes que nuestro cerebro puede entender (ser vivo cuadrúpedo con cola, pelo corto castaño, etc.) y que entonces podemos interpretar basándonos en lo que hemos aprendido en el pasado (perro => labrador => perro labrador de Juan).

Schurger et al. argumentan que elegir mover un brazo, una pierna o un dedo funciona de la misma manera. Nuestro encéfalo recibe un indicio de que estamos considerando hacer un movimiento, por lo que se prepara. Y es sólo cuando se alcanza una masa crítica que tiene lugar la toma de decisión real.

Para comprobar esta hipótesis, el equipo construyó un modelo informático de lo que dieron en llamar “acumulador neuronal” estocástico. Usando este modelo comprobaron que la libertad temporal para la toma de decisiones, esto es, saber que se tiene que tomar una decisión pero sin que te digan cuando, era un factor crítico en el experimento.

A continuación repitieron el experimento original de Libet pero añadieron un elemento nuevo, un sonido, un click, de manera que introducían un factor de limitación temporal. Pidieron a cada voluntario que considerase sus opciones de movimiento a efectuar pero que tomase una decisión inmediatamente en cuanto oyese el clic. La hipótesis era que aquellos que ya habían acumulado una respuesta neurológica y estaban cerca del umbral deberían tener una respuesta más rápida. La comprobación de la lecturas de los electroencefalogramas y su comparación con los clics mostraba que era esto exactamente lo que se producía.

Los investigadores concluyen que estos resultados prueban que es la mente consciente la que toma la decisión, la subconsciente se encargaría sólo de los trabajos preliminares de preparación.

Queda abierto el debate.

Referencia:

Schurger A, Sitt JD, & Dehaene S (2012). An accumulator model for spontaneous neural activity prior to self-initiated movement. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America PMID: 22869750

miércoles, 1 de agosto de 2012

Concurso ED: ¿Quién es quien? El reto.


[Di en los comentarios quien es:

a) el de la camiseta
b) el de la camisa
c) el de traje

Bonus: ¿dónde se tomó la foto?

Es muy fácil a poco que pienses. ¡Que disfrutes!]

Habida cuenta de que la tecnología lo pone más fácil de lo que pensaba, ahí va un reto de verdad:


¿Cómo se produjo la cicatriz característica el director de tesis del firmante de la carta que permitió al de la camisa estar presente en esa reunión?

Solución:


Los comentarios públicos dejan claro que:

a) El de la camiseta es Richard P. Feynman
b) El de la camisa es Stanislaw Ulam
c) y el del traje Neumann János Lajos, más conocido como John von Neumann

La foto está tomada en algún momento de 1944 en un lugar que es probablemente Los Álamos (Nuevo México, Estados Unidos).

Vamos con el reto:

Stanislaw Ulam (el de la camisa) conoció a John von Neumann en Varsovia (Polonia) en 1935. Neumann invitó a Ulam al Instituto de Estudios Avanzados en Princeton. En diciembre de aquel año Ulam visita el IEA por primera vez. Allí, aparte de conferencias y seminarios, conoce en una recepción a G.D. Birkhoff, que le sugiere que solicite un puesto en la Harvard Society of Fellows. Ulam lo solicita y es aceptado. Entre 1936 y 1939, Ulam pasa el año académico en Harvard y los veranos en Polonia.

Con la invasión de Polonia, Ulam (judío) emigra definitivamente a EEUU. Con la recomendación de Birkhoff obtiene un puesto de profesor en la Universidad de Wisconsin en Madison en 1940. En 1941 se nacionaliza estadounidense.

Viendo lo que está pasando en Europa y con los Estados Unidos en guerra con Japón, Ulam le pide a John von Neumann, que sabe que trabaja para el esfuerzo de guerra, que le encuentre un trabajo con el que colaborar. Es marzo de 1943.

En octubre de 1943 Ulam recibe una carta para unirse a un proyecto sin identificar cerca de Santa Fe (Nuevo México) firmada por Hans Bethe, que había sido nombrado jefe de la división teórica del llamado después Laboratorio Nacional de Los Álamos por Robert Oppenheimer, su director científico.

Hans Bethe se doctoró en Múnich con una tesis dirigida por Arnold Sommerfeld. Éste, mientras fue estudiante en la Universidad de Königsberg participó activamente en la Burschenschaft, una sociedad estudiantil. A cuenta de esta participación Sommerfeld recibió una herida en su frente, mientras practicaba esgrima.


¡Enhorabuena a los acertantes!