Antiguos secretos religiosos celosamente custodiados, mensajes
cifrados en santuarios de Oriente Medio misteriosamente conectados
con palacios europeos, la proporción áurea... Efectivamente, vamos
a hablar del premio Nobel de Química de este año...y de
matemáticas.
Estamos en Isfahán (Irán) delante del Santuario de los Imames
(Darb-i Imam) y no podemos evitar que su decoración nos
recuerde a algo que ya hemos visto en España, en la Alhambra. Ambas
obras tienen más de 500 años y, sin embargo, en un déjà vu
científico, lo que nos llama la atención se conoce por el nombre
del inglés que lo redescubrió en 1973: teselaciones de Penrose. El
Islam regaló el álgebra (al jabr) al mundo, un término que
se refiere a una ecuación básica. Pero la pauta que tenemos delante
requiere de una matemática muy superior.
Nadie sabe como los arquitectos persas y andalusíes llamaban a
esta pauta hace 500 años; hoy la describiríamos como la
correspondiente a un cristal cuasiperiódico con simetría prohibida.
Prohibida no por ninguna razón religiosa, evidentemente, sino porque
a primera vista parece imposible de construir. Imagina una pared
cubierta con azulejos que son triángulos equiláteros, si la rotamos
mentalmente un tercio de vuelta (120º), nos queda exactamente como
estaba. Lo mismo ocurre con azulejos cuadrados y un cuarto de vuelta
(90º) o con hexágonos y un sexto de vuelta (60º). Esta
característica hace que se puedan cubrir las superficies
completamente, sin dejar huecos, usando triángulos, cuadrados y
hexágonos. Pero con los pentágonos no se puede conseguir, te quedan
huecos, y no existe forma de construir una pauta que parezca la misma
si la giras un quinto de vuelta (72º).
Cometa (izqda.) y flecha (dcha.) |
Los artistas islámicos, trabajando como estaban para edificios
religiosos (los palacios también lo eran) querían incorporar la
simetría pentagonal como reflejo de los cinco pilares del Islam. Lo
consiguieron empleando dos formas distintas en una proporción única.
Penrose llegó al mismo resultado en 1973 con las formas que llamó
la cometa y la flecha y su resultado tenía propiedades matemáticas
fascinantes. Cualquier fragmento de la superficie cubierta usando
estas formas, esto es, conteniendo un número finito de cometas y
flechas, podía ser dividido en pautas que no se repiten nunca de
cometas y flechas más pequeñas. Además cuanto mayor sea el
fragmento, es decir, cuanto mayor sea el número de azulejos
necesarios para cubrirlo, la proporción de cometas a flechas se
aproxima a la proporción áurea, un número lo más parecido a
sagrado que tienen los matemáticos.
La proporción áurea es un número irracional, ya conocido por
Pitágoras y a quien se atribuye su descubrimiento. Irracional
implica que no puede expresarse como una fracción de números enteros y tiene, por tanto, un número infinito de cifras decimales: 1, 618 033
989 ... (hay números con infinitas cifras decimales pero que sí pueden expresarse como una fracción, como 1/3, por ejemplo, y que son racionales). Está íntimamente vinculado a la serie de Fibonacci y lo
citan Kepler y Leonardo da Vinci ( y sí, también aparece en el
“Código da Vinci”). La proporción áurea aparece en la
naturaleza en los lugares más insospechados, desde las ramas de los
árboles a la resonancia magnética de los espines en los cristales
de niobato de cobalto, y su uso en el arte y el diseño industrial es
ubicuo.
Los investigadores han dado siempre por sentado que cualquier
disposición cristalina de átomos tiene una pauta que se repite
perfectamente en todas direcciones. Estas disposiciones repetitivas
de los átomos son análogas a las pautas de azulejos que cubren
perfectamente una superficie. El premio Nobel de Química de 2011,
concedido a Daniel Shechtman, reconoce el descubrimiento de una nueva
categoría de cristales cuyas pautas no se repiten de la forma
tradicional, un descubrimiento que llevó a la redefinición del
concepto de cristal en 1991, y que tiene su reflejo en los azulejos
islámicos.
En 1982, Shechtman estaba usando experimentos de difracción
electrónica para dilucidar la simetría y otros detalles
estructurales de muestras metálicas. En ese momento estaba en el
entonces llamado National Bureu of Standards (hoy National Institute
of Standards and Technology, en Maryland, EE.UU.) cuando descubrió
que una aleación de aluminio y manganeso enfriada rápidamente
mostraba una simetría prohibida, pentagonal. La simetría extraña
aparecía en una dirección, en la que sus datos mostraban los puntos
de difracción electrónica dispuestos en anillos concéntricos de 10
puntos cada uno, mientras que en las otras direcciones los anillos
contenían 6 puntos, lo que indicaba una geometría hexagonal
convencional. En conjunto, la simetría del patrón de difracción
era exactamente la de un icosaedro.
Se sabía que podía haber disposiciones icosaédricas de átomos
en estructuras metálicas ultracompactas, pero también se sabía que
esta simetría, con su eje quíntuple, estaba estrictamente prohibida
para un cristal periódico. Se necesitaron dos años antes de que
Shechtman pudiese publicar un artículo [1] con su descubrimiento, el
tiempo necesario para que él y su equipo pudiesen realizar
comprobaciones muy cuidadosas para descartar cualquier otra
posibilidad, por ejemplo, que los puntos inesperados viniesen de
regiones cristalinas con orientaciones diferentes. Finalmente,
demostraron que la simetría icosaédrica se extendía a distancias
de micras, o lo que es lo mismo, miles de veces el espaciado atómico.
A las seis semanas de la publicación apareció un artículo
escrito por Dov Levine y Paul Steinhardt, por aquel entonces en la
Universidad de Pensilvania (EE.UU), al igual que el de Shechtman
publicado en Physical Review Letters, en el que resolvían el
misterio del cristal con simetría quíntuple e introducían el
término cuasicristal [2]. En él afirmaban que la simetría
icosaédrica estaba permitida siempre que la estructura fuese sólo
“cuasiperiódica”. Por ejemplo, si una pauta contiene dos
elementos que se repiten con diferentes períodos, y el ratio de
estos períodos es irracional, nunca se “sincronizarán”, ni
siquiera a largas distancias; dado que no se repiten, estas pautas
pueden evitar las prohibiciones usuales sobre ciertas simetrías
rotacionales. Pero algo de esto ya nos suena, ¿no?
Exacto, es el tipo de juego geométrico al que se había estado
dedicando Penrose la década anterior y los musulmanes hace 500 años.
Lo sorprendente fue encontrarlo en un material real, ya que se asumía
que la dificultad enorme de construcción de una pauta infinita
impedía su aparición. Investigaciones posteriores pusieron de
manifiesto que esto no es en absoluto así: un cuasicristal, una
estructura cuasiperiódica en general, puede ensamblarse átomo a
átomo siguiendo sólo reglas locales sencillas como las que
gobiernan el crecimiento de cristales estándar.
El arte islámico abrió la mente a una nueva geometría para
plasmar un principio teológico; Shechtman abrió nuestras mentes
para pensar en la cristalinidad de una forma nueva.
Esta entrada es una participación de Experientia docet en la Edición 2.7 del Carnaval de Matemáticas que organiza La aventura de la ciencia y en la VIII Edición del Carnaval de Química que acoge Caja de ciencia.
Referencias:
[1] Shechtman, D., Blech, I., Gratias, D., & Cahn, J. (1984). Metallic Phase with Long-Range Orientational Order and No Translational Symmetry Physical Review Letters, 53 (20), 1951-1953 DOI: 10.1103/PhysRevLett.53.1951
[2] Levine, D., & Steinhardt, P. (1984). Quasicrystals: A New Class of Ordered Structures Physical Review Letters, 53 (26), 2477-2480 DOI: 10.1103/PhysRevLett.53.2477
[2] Levine, D., & Steinhardt, P. (1984). Quasicrystals: A New Class of Ordered Structures Physical Review Letters, 53 (26), 2477-2480 DOI: 10.1103/PhysRevLett.53.2477
César, muchas gracias por esta pequeña maravilla de artículo.
ResponderEliminarSólo una mínima apreciación, por el bien matemático común.
En un momento indicas que ser irracional implica un número infinito de decimales. Esto es a todas luces CIERTO, pero a determinadas personas puede llevarle a la clásica confusión de que el recíproco también es cierto. Pienso que una pequeña aclaración (por si acaso) quedaría muy bien.
En principio, tengo pensado escribir algo sobre teselaciones de Penrose y un poco de su historia. A ver si tengo tiempo y, sobre todo, consigo más material.
Enhorabuena. Cada día haces más grande tu leyenda!
Corregido.
ResponderEliminar¡Gracias doblemente!
Fascinante. Habría que estar en otro planeta para no haber oído hablar de los cuasicristales estos días, pero no sabía en qué consistían. La nimación gif que has puesto me ha dejado "to loco" durante un buen rato.
ResponderEliminarMuy bueno! lo tenia rondando por mis "leer mas tarde" y no le había dedicado tiempo; me han encantado las referencias a Penrose y el Arte Islámico, y me ha resuelto viejas (y abierto nuevas!) dudas.
ResponderEliminarGenial
Excelente artículo!
ResponderEliminarEnhorabuena por esta magnífica entrada y por tu distinción en el Carnaval :-)
ResponderEliminarGracias por un artículo tan maravilloso. Me he permitido el lujo de enlazarte desde mi blog. Asimismo he recogido una de tus imágenes (con mención a la fuente naturalmente).
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